A menudo, cuando intentamos mejorar nuestra alimentación, llega un punto en el que tenemos antojos o deseos de alimentos que no consideramos saludables. Una alternativa común es preparar una versión “fit” del platillo. Sin embargo, estas recetas a veces son muy diferentes de la receta original, y pueden utilizar ingredientes difíciles de encontrar o incluso alterar el sabor del platillo. Entonces, ¿realmente vale la pena crear una versión “fit”? ¿Necesitan los alimentos que estamos modificando realmente un cambio? ¿Deberíamos cambiar toda nuestra alimentación para que siempre sea “fit”?
Diferencias entre platillos fit y platillos originales.
La diferencia general entre estos dos platillos radica en la calidad y/o cantidad de nutrimentos que estos alimentos poseen. Las versiones fit comúnmente utilizan alimentos con una menor cantidad de calorías y una mayor calidad de nutrimentos, sin embargo, estos llevan un precio y en ocasiones el sabor no será el mismo que aquel del platillo que está intentando reemplazar.
¿Vale la pena la versión saludable?
El que valga la pena o no una versión saludable de un platillo dependerá enormemente del platillo que estamos intentando sustituir, ya que en algunos casos será una excelente alternativa mientras que en otros la diferencia será poco menos que nula.
El primer punto a tomar en cuenta es la cantidad de ingredientes que tiene el plato a preparar. Si estamos intentando preparar un plato que lleva uno o dos ingredientes, difícilmente hará una diferencia importante, por lo que en estos casos sería mejor mantenernos con la versión “normal” del platillo. Por otra parte, cuando los platillos que buscamos consumir tienen muchos más ingredientes, podríamos ver una mejora importante si sustituimos algunos ingredientes por otros con una mayor calidad de nutrientes. Por ejemplo, en repostería, podríamos sustituir la mantequilla por yogur griego natural sin azúcar.
Es por esto que es muy importante valorar si el alimento que queremos consumir se trata de un antojo especial o si es algo que buscamos consumir de manera regular. Si se trata de un antojo especial, es preferible que consumas el plato en su versión original, ya que existe el riesgo de que al consumir la versión “fit” el antojo no te satisfaga y termines consumiendo tanto la versión “fit” como la versión original del plato, lo que en ocasiones podría alejarte de tus objetivos.
¿Por qué no cambiar todas nuestras versiones de platillos por “saludables”?
Aunque siempre es recomendable procurar que los alimentos que ingerimos sean lo más saludables posibles y que le otorguen la mejor calidad a nuestra dieta, es importante tener en cuenta que la versión “fit” en ocasiones requerirá que nos salgamos de nuestro camino, lo que dificultará mantener la constancia en nuestro plan. Como muchas otras cosas en la búsqueda de un estilo de vida saludable, los resultados dependerán de la constancia y no de cambiar algo una única vez.
Si hay algún platillo que consumas regularmente y que sabes que podría ser más saludable, entonces vale la pena investigar si hay alguna forma de volverlo más sano.
Los 3 puntos a recordar.
- El preparar la versión fit de un alimento es una buena estrategia para mejorar la calidad de nuestra alimentación.
- La versión fit de una receta no siempre es la mejor elección, en especial cuando solo buscas satisfacer un antojo.
- La versión “fit” de un alimento es una muy buena idea cuando es un alimento que consumes regularmente.
Si quieres saber más de como puedes mejorar tu alimentación da click aquí